Bajo la anterior modalidad, hábitos necesarios como la exposición al sol, el acondicionamiento físico e incluso, el caminar luego de tomar alimentos y hacer pausas activas; se han mermado en tiempos de cuarentena.

En ese orden de ideas, la doctora Gloria Marcela Contreras, directora de la Clínica de Optometría de la Universidad De La Salle, nos comparte tres consejos importantes para tener en cuenta en la actual rutina: la virtualidad.

El tiempo:

“Cuando alguien se expone por tiempos prolongados frente a estos dispositivos, se puede producir fatiga visual excesiva asociada con resequedad e irritación ocular”.

Así las cosas, la concentración en estas tareas hace que se disminuya el parpadeo, la producción de lágrima y podría presentarse problemas de enfoque en visión lejana.

Recomendación:

Poner en práctica la regla 20/20/20: por cada 20 minutos de trabajo, mirar 20 segundos a un objeto que se encuentre a una distancia de 20 pies (seis metros).

Ubicación e iluminación:

“No trabajar en espacios oscuros, ya que el alto contraste luminoso genera un esfuerzo visual mayor.”

Esto puede generar síntomas asociados a dolor de cabeza, fatiga visual, irritación ocular e inflamación palpebral.

Recomendación:

“Ubicar la pantalla de tal forma que no se produzcan reflejos y ajustar el brillo de la pantalla para que coincida con la luz ambiente en el que se trabaja.”

Parpadear:

El uso de pantallas acarrea mayor concentración. Esta última conlleva a que el sistema ocular disminuya el parpadeo y la normal lubricación y humectación necesaria para los ojos.

Recomendación:

Intentar ser conscientes del parpadeo durante estas actividades. “Parpadear 20 veces por minuto”, permite estimular la producción lagrimal evitando la resequedad ocular

¡Consejo extra!  

“Mantener la cabeza fija y mirando al frente mover los ojos arriba, abajo, derecha e izquierda en repetidas ocasiones. Finalmente, evite frotarse los ojos y mantenga las indicaciones de su optómetra en cuanto al uso de la corrección óptica.”